Hola, soy Lilian
Si soy sincera, siempre que hacía yoga me aburría e impacientaba… me da mucha risa recordarlo ahora, pero así era.
Un día en un retiro sobre sanación del subconsciente femenino me encontré con el yoga kundalini y fue en ese mismo instante que me maravilló. Como no se encuentra fácilmente y vivo en un pueblo de 450 habitantes, empecé a estudiarlo on line: cada día, cada mañana y en cada bache me apoyaba en él. Me di cuenta de cuánto me estaba ayudando, tanto que decidí formarme para poder enseñarlo.
Me llena de felicidad cuando veo a mis alumnos y alumnas con una gran sonrisa percibir esos terremotos energéticos que te ofrece el kundalini. Por supuesto que a nivel físico ayuda a estar en forma, pero la parte que más me llama la atención de este yoga es la energética, su gran movimiento energético que te influye en cada práctica.
Durante una buena parte de mi vida me dediqué a la agricultura ecológica y a la educación en consumo consciente, nutrición y agroecología. Ha sido una etapa muy bonita, llena de lucha, de principios y conectada con la tierra. Agradezco haberla vivido, puesto que siento que ya forma parte de mí como acompañante para mi futuro. Además, fue una suerte que coincidiera con el periodo de crianza de mis dos hijos que crecieron en un entorno saludable, verde y respetuoso.
Desde 2016 dedico tiempo al yoga kundalini. En su momento entró en mi vida por cuestiones emocionales y también físicas. Con 34 años me levantaba de la cama y me dolía todo el cuerpo, la espalda, las manos, las rodillas. Me pasaba la vida cansada y me faltaba energía. Pero poco a poco practicando yoga cada día me fui sintiendo mejor, más fuerte y más disponible para la vida.
Decidí poner en práctica lo que sabía para transmitirlo a otras personas y empecé dando clases en mi pueblo, Otos, el pueblo de los relojes de Sol, que tiene alrededor de 450 habitantes y me sorprendí con la respuesta. Alrededor de unas 20 personas empezaron a hacer yoga kundalini y hasta hoy seguimos cada semana.
Como dice Patanjali: «yoga pretende conseguir una mente estable en un cuerpo sano».
Y esta frase que parece tan sencilla supone una odisea en la sociedad que habitamos, pero no es tarea imposible. Yoga es crecimiento y conocimiento de ti mism@ para vivir mejor contigo que a fin de cuentas es con quien estarás toda la vida.
Aprendí y me formé en terapias naturales, auriculoterapia, terapia metamórfica, nutrición emocional, terapia regresiva. Estudié el yoga kundalini, y el yoga anatómico. Me formé y entonces se despertó en mí la necesidad de hacer llegar esta herramienta a personas que tuvieran movilidad reducida, o personas con dolores crónicos, enfermedades degenerativas.Fue entonces cuando vi lo distorsionada que estaba la imagen del yoga en occidente. Fotos bonitas, posturas acrobáticas, cuerpos diez. Así que me he formado también en yoga para ayudar en el trauma y yoga terapéutico en silla. Y ahí fue cuando tuve clara mi aportación. Enseñaré yoga como una herramienta para cumplir lo que decía Patanjali, una mente tranquila y un cuerpo sano. Y a eso he venido.