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Ardha-navasana. Postura de estiramiento

Una de las tres posturas por excelencia delKundaliní yoga. Junto con las ranas y Sat kriyā son los tres pilares que cualquier kundaliner@ debe incorporar en su día.

No hay mucho que decir del nombre de esta postura porque directamente ejerce un estiramiento desde lo pies a la cabeza, realmente las primeras veces no sabes bien que parte del cuerpo te cuesta más aguantar en activo o donde hacer la fuerza, pero con el tiempo vas cogiéndole el truco y es un placer ponerla en practica aumentando los tiempos de sostén. Es una de esas posturas que cuando te estas iniciando piensas que son una locura y al tiempo de practicar te pones content@ de verte en ella.

Cuando estas en ella, concentra la fuerza en tu abdomen, esto quiere decir muchas cosas porque con tal de mantenerte en ella hacemos modificaciones realmente difíciles, como subir hombros, estirar cervicales… sigue leyendo y te cuento como estar en esta postura.

chakraS ASOCIADOS

manipūra. La raíz está en el sacro. Recogen al sacro la zona lumbar, y la parte superior de las nalgas. Estimula y fortalece el triangulo inferior y los tres chakras primarios.

BENEFICIOS:
  • restablece el sistema nervioso. Induce a la relajación profunda
  • despierta el punto jara y fortalece abdominales
  • si aplicas respiración de fuego, purifica la sangre generando combustión de impurezas
  • aumenta el calor corporal
  • trabaja la autodeterminación y la autoestima
  • te hace paciente y tolerante
  • desarrolla tu fuerza de voluntad. Sal del letargo.
  • estimula el despertar de la energíaKundaliní
CONTRAINDICACIONES:
  • embarazo
  • primero dias de la menstruación
  • hernias recientes en zona lumbar
  • dolor crónico en zona lumbar
  • hipertensión
  • problemas de ciática
PARA ENTRAR EN LA POSTURA:

Túmbate boca arriba. Flexiona las rodillas hacia el abdomen para colocar tu zoma lumbar, es decir apoya sacro en el suelo y hunde pubis hacia la tierra (como una retroversión de pelvis).
Con ayuda de tus manos coge tu cabeza para elevar medio tronco, cervicales y barbilla hacia el pecho ligeramente.
Suelta la cabeza y alarga los brazos en paralelo a lo largo del cuerpo. Activa omóplatos permitiendo la apertura del pecho y la rectitud de la espalda.
Despliega tus piernas alargándolas hacia delante colocando los pies en punta. La altura debe ser más o menos alineada con tu pelvis. Ejerce una ligera rotación hacia dentro que no se te abran para no cargar el sacro.
Mantén tu mirada en los pies y comienza a aplicar respiración de fuego, también puedes respirar largo y profundo.
Si mientras estás en la postura tu zona lumbar se sube hacia arriba dobla rodillas y vuélvela a colocar pero no trabajes con ella de esta manera. El punto jara o punto del ombligo será clave para mantenerte en la postura.

Para salir de la postura, inspira y al espirar relaja y desciende suavemente hacia al suelo. Suelta tu cuerpo, relaja abdomen. Si necesitas relajar lumbar especialmente abraza las dos rodillas al pecho.

VARIANTES
  • Como fuerza de apoyo. Recoge una pierna y sujétala con la mano o cinturón. La otra permanece estirada. Haces medio tiempo y cambias las piernas.
  • Protegiendo la zona lumbar: Colocando las manos debajo de las nalgas. También puedes aplicarla con una manta justo donde las nalgas se levantan. Desde aquí puedes alargar las dos piernas o si necesitas hacer variantes alargando una pierna o la otra.
  • Regula la altura de tus piernas. Puede ser que mayor o menos altura te lo ponga más fácil.
  • Protege la zona cervical: Entrelaza las manos por detrás de la cabeza y sostén la cabeza sin aplicar fuerza, sólo sostén. Coloca las piernas en la posición original o con cualquiera de las dos variantes.
  • Con lesiones cervicales: reposa directamente la cabeza en el suelo y sube solo las piernas. Aplicando variantes o con la postura original.

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